miércoles, 24 de marzo de 2010

le chat est mort...

(Un escrito atrasado del Libro Negro físico, pasó en Febrero)



Siete años siendo el centro de la atención. Siete años siendo la consentida, la mimada... Te cuidé y te alimenté todo este tiempo... Y en dos días, te fuiste...

Tenía una gata, fue parte de mí familia desde que llegó a la casa. Vivió 7 años conmigo, y en dos días murió, le detectaron una falla renal, y tuve que ir a dormirla. Anoche dormí con ella a mi lado, la vi sufrir, llorar, verla inmóvil; en ese momento supe que no iba a pasar del fin de semana. La abracé, la cuidé esa noche, y recordé todo el tiempo vivido, desde que llegó siendo sólo una pequeña bola de pelos, mugroa y pulguienta, y vino a mi mente cómo la vi crecer. Mi mascota era especial, fue el último regalo que me hizo una tía, ya finada por el cáncer. No creo ser una persona normal, y también espero que lo que escribo sea prueba de ello. Tengo un inmenso e inexplicable amor hacia mis mascotas, muchas de ellas, han llegado a ser más que un animal de compañía.

Un peludo y molesto pedazo de mi ha muerto hoy. Una gran compañía, tuvo que irse... Y yo lo decidí... Por amor, por compasión, por no querer verla agonizar... Yo se que donde esté, lo agradece, ya no soportaba el dolor.

Au revoir, mon petite.

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